¿Cuantas veces has pensado a lo largo del día de hoy en un sueño futuro?
¿Cuanto tiempo empleas habitualmente en planear o desear algo que no va a ocurrir de forma inmediata? Como por ejemplo ese puesto de trabajo, esa casa, ese coche o propósitos menos ambiciosos, pero metas al fin y al cabo.
Debemos marcarnos metas, debemos planear como conseguirlas pero debes evitar que monopolicen nuestro tiempo y por supuesto, evitar que alteren nuestro estado de ánimo y bienestar.
Leí hace tiempo en un blog (y lamento no poder publicar la referencia) una metáfora bastante práctica sobre el presente y los sueños.
Imagina que el presente es una casa, tu casa y cada vez que piensas en el futuro, en tus metas u objetivos, emprendes un viaje. Todos sabemos que viajar es muy interesante, se conocen otras costumbres, culturas y formas de entender la vida. Por lo tanto emprender ese viaje de los sueños también nos enriquece y cultiva la vida que está por venir.
Ahora imagina que viajas mucho, encadenando un viaje tras otro dedicas menos tiempo a estar en casa y por consiguiente poco a poco comienzas a abandonarla. Esa casa que se tomó tu tiempo, esfuerzo invertido y quizás algún sacrificio. Esa casa es tu presente, tu vida.
El futuro es incierto, con tesón lograrás tus metas, pero no desperdicies el presente que al fin y al cabo es lo que vives, lo que sientes y por lo que trabajaste.
La locución Carpe Diem da para muchas más entradas, pero no quiero cerrar este post sin hacer referencia a un artículo de la Revista Electrónica de Didáctica del Latín donde se discute sobre los prejuicios que generán las diferentes formas de interpretar su traducción, y desde luego, alguna traducción resulta humorística. http://antalaya.uab.es/pcano/aulatin/methodos/charo1.pdf
Tampoco quiero terminar sin escribir el poema de Horacio:
No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a ti y a mi, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea este el último,
el que ahora hace el mar Tirreno
rompa contra los opuesto escollos.
Sé prudente, filtra el vino
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientars hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fies del incierto mañana.